domingo, 20 de mayo de 2018

TRES TANDAS DE AIRES DEL SUR



TRES TANDAS DE AIRES DEL SUR

JESÚS CÁNOVAS MARTÍNEZ

Diego Marín Librero-Editor.


Y ya por la TERCERA:

Son cuatro relatos agridulces o tragicómicos los que componen esta Tercera Tanda de Aires del Sur, en los cuales, al igual que en los de las tandas anteriores, se conjunta lo trivial con lo extraordinario, la ironía con la seriedad, el juego literario con una amenazante alteridad… Irrumpen, al lado de los ya transversales, Grulí Mochuelar o Miguel Cagarrutio, nuevos actores decididamente desestructurados que, si no se desvían hacia lo esperpéntico, resbalan de forma inexorable por los territorios de la locura.
«Un conjunto de cuentos que sorprende por su desenfado, desinhibición y amenidad, a pesar de que muchos de estos textos descubren complicidades y aficiones muy arraigadas en su insólito autor, catedrático de Filosofía, pensador libre y sobre todo escrutador del alma humana mucho más allá, si necesario fuere, de los límites habituales de la razón más objetiva, y que roza el esoterismo y las experiencias paranormales, aunque sin pasarse un punto de lo aceptablemente habitual» (Francisco Javier Díez de Revenga).
«La riqueza del vocabulario empleado, la introspección, la crítica vitriólica, pero sobre todo esa elevación de la realidad a categoría de Literatura, todo ello reporta que Aires del Sur, en sus sucesivas tandas, sea un libro que recomiendo leer pues no va a dejar al lector indiferente… Personajes extraños, crepusculares, deambulan por una realidad casi mágica donde el paisaje, el duro paisaje surestino de ramblas, montes pelados, pozos en los que puede aparecer cualquier presencia turbadora, constituye un escenario casi onírico que los arropa o desnuda…» (Ana María Alcaraz Roca).
«Otro tema que aparece en los relatos de Aires del Sur es el esoterismo, la brujería, las condiciones o condicionantes de la Astrología, campo donde afloran personajes extraños, entre la línea que separa lo natural y lo paranormal, o como refiere el autor con su constante ironía, “para anormales”… Aires del Sur supone una visión de la cotidianeidad, agudizada por la ironía a la vez que por la trascendencia…» (Francisca Martínez Merinos).
«De los cuatro libros o tandas que componen la saga de Aires del Sur, esta tercera entrega es la que más se deleita en los abismos psicológicos de los personajes, algunos de los cuales rayan en la locura y el delirio. El autor, desde una fenomenología de las situaciones cotidianas, apertrechado de la ironía a la que ya nos tiene acostumbrados, hace que aflore una sonrisa profunda sino la carcajada, al mostrar sin ningún tipo de ambages o cortapisas nuestra propia pateticidad» (Magdalena Cánovas Martínez).


 Puntos de venta de las TRES TANDAS DE AIRES DEL SUR:
           
EN MURCIA

 Las cuatro librerías de DIEGO MARÍN en Murcia:
                                   EXPO-LIBRO, Merced, 25, Murcia
                                   GONZÁLEZ PALENCIA, Merced, 25, Murcia
                                   ANTAÑO LIBROS, Puente Nuevo, 9, Murcia
                                   CENTRO DEL LIBRO EL TIRO,
Junto al Campus Universitario de Espinardo. Polígono El Tiro (parcela 78)

También se puede pedir por Internet a la Librería Diego Marín:

Libros de Jesús Cánovas Martínez (Catálogo Diego Marín)

           
Librería RAMÓN JIMÉNEZ, Salzillo, s/n, Soportales de la Catedral, Murcia.
            
EN CARTAGENA:

LA MONTAÑA MÁGICA, Pintor Balaca, 34, Cartagena (Murcia)
            
EN ÁGUILAS:

Librería MANUEL GRIS, Conde de Aranda, 6, Águilas (Murcia).

EN LOS BELONES (CARTAGENA):

Librería YOYES.

Si alguien desea algún ejemplar de AIRES DEL SUR de  cualquiera de estas tandas, firmado y dedicado, siempre puede ponerse en contacto conmigo, por chat o whatsapp, o en E-mail: mochuelagul@gmail.com


Ad astra per aspera.

miércoles, 9 de mayo de 2018

PARA LEER GILIPOLLECES, ABRIR EL PERÍÓDICO...


PARA LEER GILIPOLLECES, ABRIR EL PERIÓDICO…


De verdad que sí, no hace falta irse muy lejos. Puede ocurrir en la casa de uno, en el bar o en la cafetería de la esquina. Las gilipolleces saltan a los ojos. Basta con abrir el periódico, como hago yo cuando me tomo el segundo café mañanero. Lo hago para espabilar, y lo consigo. 
Junto a la taza humeante y aromática, abro las páginas de un periódico local, y después de leer el horóscopo, comienzo a hojearlo. Doy un sorbo a mi café, y paso páginas. Y encuentro noticias frescas, como esta: “La marea verde con todos los colores del arco iris”. Paso más páginas y hallo otra: “Estrella de levante presenta su nueva cerveza con limones de la huerta de Santomera”. Oye, tenían que ser de Santomera, y supongo que aplaudieron en la presentación. Empieza la cosa a ponerse heavy, y yo a despegar el sopor: “La Base aérea de Alcantarilla intentará batir el récord nacional de caída libre.” ¡Joder con la Base, quién lo iba a decir! Aunque, después pienso, que quizá no haya intencionalidad por parte de la base en batir ningún record, y menos de caída libre, pues el de Cristina Cifuentes ha sido muy difícil no solo de mejorar sino de igualar. Insuperable. De libro Guinness. Pero no, discurro en mi coleto, no se trata de la Base. Se trata de la creatividad del redactor que ha arriesgado una potente metonimia. Y, para riesgos, otra figura literaria. Un oxímoron, eso creo: “La ciencia se acerca a los… de tal localidad (omito el gentilicio por pudor) en los bares”. ¡Genial! 
El ánimo con que me he levantado, un poco tristón, parece que definitivamente se disuelve. Se aclara, y me aclaro. Otra, esta imputable a una genial ocurrencia, no del redactor, sino del individuo objeto de la noticia: “Detenido por subirse a un tejado y lanzar tejas a la gente.” ¡Facundo, cómo está el mundo! Y es que hay gilipollas a mansalva. Abundan. Incluso entre los ladrones: “Ahuyentan a un ladrón en un Burger King de Murcia al grito de “¡Policia!”
Todo esto en el mismo día, y porque no me he detenido lo suficiente. No me he esmerado. Y mejor así. Porque de lo contrario debería calibrar en su justa medida noticias como esta: “Sufre daño neurológico al operarse de juanetes”. 
¡Cuánta enjundia! Y más que no digo. ¿Seremos objeto los ciudadanos de a pie de algún secreto plan de ingeniería social? En fin, que soy muy ignorante. Pero mucho. No sé ponderar los adelantos de la ciencia y, en especial, de la medicina. Ni tampoco la complejidad del ser humano. Pero, aun con lo leído, ahora que bien lo pienso, no espabilo. Leo, leo, y cuanto más leo, más tonto me queo. Y es que para leer gilipolleces, basta con abrir el periódico.


Jesús Cánovas Martínez
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Ad astra per aspera.