ALHAMA,
5 DE JUNIO
A Emilio Saura y Ginesa López, y sus grupos.
Bajo el sol de la tarde
congregado
el final discurrir de las aceras,
también el aire en torno de la mesa
donde mueren de súbito palabras
o nos nacen silencios por el pecho,
este lunes cualquiera de los lunes,
aquí, en Alhama, mes de junio, día
último de cursillo, la serena
brevedad de las horas deslizándose,
os retomo en mi voz, al deshacerse,
difusos en la luz que más se encalma,
cierne sus aposentos y recuerda
rotunda exactitud de la belleza.
Así recrea en gozo presentido
su entrega al derramar por la ventana
leve brisa la fronda de los álamos,
así los labios ciegan la ignorancia,
las interrogaciones o las dudas
suspensas en el aire, sus palomas,
detrás de las preguntas, muy detrás,
con nueva dignidad que el gozo
inviste,
pero llena y desnuda la mirada
de lentas claridades y de espacios.
Y acontece del no saber la ciencia,
mecido un canto leve en la memoria.
Y en un instante grávido sucede
que el pasado y el presente se
concitan.
Hoy es don:
Calma paz, Verbo vuelo;
palomas y palabras, Verbo gracia.
Alhama, mes de junio, día cinco,
cuando cae la luz
difusa en la belleza,
os retomo en mi voz, al deshacerse,
y os convoco en la brisa levemente,
encendidos de noche,
con palabras dormidas
y signos sucedidos,
como el don de un regreso,
como la fuente, al son de su regazo
eterno en el bullir,
un canto de los pájaros.
Jesús
Cánovas Martínez©
Filósofo
y poeta
Ad astra per aspera.
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