domingo, 29 de junio de 2014

MUY AGRADECIDO

MUY AGRADECIDO



Instalados los rigores del verano en el hemisferio norte, a la vuelta de unos días dedicados a la corrección de exámenes y otro tipo de bagatelas, vuelvo a este Arco del Triunfo para comprobar desfiles y me encuentro con una grata sorpresa: La Carta abierta a Miguel Cagarrutio, el graciosillo ha sobrepasado las mil visitas con creces, concretamente son 1087 las que hoy, treinta de junio de 2014, constato registradas.
Es la primera entrada de mi blog que consigue tal hazaña, la cual hubiera sido imposible sin la concurrencia de dos circunstancias.
La primera, y más grata para mí, ha sido vuestra ayuda incondicional, amigos. No me cansaré de daros las gracias: Gracias a todos, muchísimas gracias; gracias por vuestras visitas, por vuestro aliento, por vuestros comentarios, por vuestros me gusta o por vuestros +, por vuestra gran generosidad a la hora de compartir. Gracias, gracias, gracias: Un abrazo grande, pero muy grande, para todos.
La segunda circunstancia, indudablemente, han sido las particularidades mismas de Miguel Cagarrutio, sus méritos invencibles y sobrados en lo que atañe a esa manera entrañable de comportarse que se goza en la destrucción de la vida de las personas honor. Cierto que algún Putón ha colaborado en tan loables tejemanejes, pero cabe a Cagarrutio el indiscutible abanderamiento en la superlativa gracia. Cuando este individuo vaya comprobando cómo su ortónimo conquista una vastedad de espacios cada vez mayor por los cinco continentes, sentirá, digo yo, algún tipo de gozo o regustillo por la boca del estómago o por alguna otra de las partes de su cuerpo; tal vez excrete más blando, no sé. No conquista uno la fama así como así.

 Y es que la Carta intenta hacer justicia a las víctimas de la calumnia, a las personas que inmerecidamente han pasado por una situación de mobbing, a los signados por las gracias de gentuza impresentable. Los graciosillos, por desgracia, abundan, pero por eso mismo se hace más necesario que nunca darles un toque de atención con fines pedagógicos. Estoy convencido de que, al final, y a pesar de los pesares, lo agradecerán. Cagarrutio, en este sentido, es un paradigma, y aunque pueda parecer lo contrario, o quizá increíble, no me mueve nada contra él sino el solo clamor que demanda la justicia; lo cual es generalizable. Defiendo en la Carta abierta a Miguel Cagarrutio, el graciosillo a cualquier persona honorable que haya sufrido, o actualmente sufra, algún tipo de agresión como la descrita en ella.   
Esto dicho, me vais a permitir que mencione a una persona (en realidad son muchas, pero comprenderán la omisión que hago de ellas) que desde un primer momento creyó en el potencial de la Carta. Me refiero a Francisco Javier Illán Vivas, quien tuvo que afrontar una situación hasta cierto punto, si no equiparable, sí parangonable con la descrita, pues le llevó al paso no querido por oscuros años de depresión. Nada más pedírselo, sin ningún tipo de vacilaciones, Francisco Javier, la reprodujo en Acantilados de papel, la revista digital (y al hilo, revista imprescindible para quien quiera estar al tanto de la actualidad literaria) que dirigía hasta no hace mucho. Aquí pongo la referencia, por si alguien desea consultarla:


Por otra parte, la referencia de la Carta en El Arco del Triunfo, es la siguiente:


Y os pido ayuda, amigos, para que la Carta siga extendiéndose y prenda fuego. Os la pido de verdad, sin vacilaciones. Entra dentro de lo correcto desenmascarar a ciertos individuos y cierto tipo de situaciones; quizá con este gesto pongamos un granito de arena para que el mundo sea mejor.
 Por eso descorcho un Dom Pérignom y elevo la copa con vosotros en un brindis virtual. ¡Salud, queridos amigos!




                                                 Todos los derechos reservados.
                                                 Jesús Cánovas Martínez©


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