MUY
AGRADECIDO
Instalados los rigores del verano en el
hemisferio norte, a la vuelta de unos días dedicados a la corrección de
exámenes y otro tipo de bagatelas, vuelvo a este Arco del Triunfo para comprobar desfiles y me encuentro con una
grata sorpresa: La Carta abierta a Miguel
Cagarrutio, el graciosillo ha sobrepasado las mil visitas con creces,
concretamente son 1087 las que hoy, treinta de junio de 2014, constato
registradas.
Es la primera entrada de mi blog que consigue
tal hazaña, la cual hubiera sido imposible sin la concurrencia de dos
circunstancias.
La primera, y más grata para mí, ha sido
vuestra ayuda incondicional, amigos. No me cansaré de daros las gracias: Gracias
a todos, muchísimas gracias; gracias por vuestras visitas, por vuestro aliento,
por vuestros comentarios, por vuestros me
gusta o por vuestros +, por vuestra gran generosidad a la hora de compartir.
Gracias, gracias, gracias: Un abrazo grande, pero muy grande, para todos.
La segunda circunstancia, indudablemente, han
sido las particularidades mismas de Miguel Cagarrutio, sus méritos invencibles
y sobrados en lo que atañe a esa manera entrañable de comportarse que se goza
en la destrucción de la vida de las personas honor. Cierto que algún Putón ha colaborado en tan loables
tejemanejes, pero cabe a Cagarrutio el indiscutible abanderamiento en la
superlativa gracia. Cuando este individuo vaya comprobando cómo su ortónimo conquista
una vastedad de espacios cada vez mayor por los cinco continentes, sentirá,
digo yo, algún tipo de gozo o regustillo por la boca del estómago o por alguna
otra de las partes de su cuerpo; tal vez excrete más blando, no sé. No
conquista uno la fama así como así.
Y es
que la Carta intenta hacer justicia a
las víctimas de la calumnia, a las personas que inmerecidamente han pasado por
una situación de mobbing, a los signados por las gracias de gentuza
impresentable. Los graciosillos, por
desgracia, abundan, pero por eso mismo se hace más necesario que nunca darles
un toque de atención con fines pedagógicos. Estoy convencido de que, al final,
y a pesar de los pesares, lo agradecerán. Cagarrutio, en este sentido, es un
paradigma, y aunque pueda parecer lo contrario, o quizá increíble, no me mueve
nada contra él sino el solo clamor que demanda la justicia; lo cual es
generalizable. Defiendo en la Carta
abierta a Miguel Cagarrutio, el graciosillo a cualquier persona honorable
que haya sufrido, o actualmente sufra, algún tipo de agresión como la descrita
en ella.
Esto dicho, me vais a permitir que mencione a
una persona (en realidad son muchas, pero comprenderán la omisión que hago de
ellas) que desde un primer momento creyó en el potencial de la Carta. Me refiero a Francisco Javier
Illán Vivas, quien tuvo que afrontar una situación hasta cierto punto, si no
equiparable, sí parangonable con la descrita, pues le llevó al paso no querido
por oscuros años de depresión. Nada más pedírselo, sin ningún tipo de
vacilaciones, Francisco Javier, la reprodujo en Acantilados de papel, la revista digital (y al hilo, revista
imprescindible para quien quiera estar al tanto de la actualidad literaria) que
dirigía hasta no hace mucho. Aquí pongo la referencia, por si alguien desea
consultarla:
Por otra parte, la referencia de la Carta en El Arco del Triunfo, es la siguiente:
Y os pido ayuda, amigos, para que la Carta siga extendiéndose y prenda fuego.
Os la pido de verdad, sin vacilaciones. Entra dentro de lo correcto
desenmascarar a ciertos individuos y cierto tipo de situaciones; quizá con este
gesto pongamos un granito de arena para que el mundo sea mejor.
Por
eso descorcho un Dom Pérignom y elevo
la copa con vosotros en un brindis virtual. ¡Salud, queridos amigos!
Todos
los derechos reservados.
Jesús
Cánovas Martínez©
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