viernes, 29 de mayo de 2015

GORRIÓN EN LA VENTANA.

GORRIÓN EN LA VENTANA



¿Qué nuevas músicas me traes tú, dime, gorrión
colgado del alero de mi ventana?
¿Por qué pías? ¿Acaso me llamas?

¿Qué mira tu cabecita
Tan levemente airada?
…Tu cabecita, esa que giras,
rotas y giras y giras y rotas volteando
inquieto tras mi ventana.

Tras el cristal que nos separa,
de mi despacho en la mesa
te he mirado.
Y al contemplar tu plumaje
austero y bello,
al contemplarte tan cálido, inocente
trozo gris del cielo,
he sentido por ti, lástima.
Lástima por ti o por mí, tú, augur inquieto de la mañana,
heraldo libre de los aires y los campos.

Los ojos por un momento se me han nublado, no sé cómo.

Así he esparcido unas miguitas de pan.
Pero ya no estabas.


                        Del libro “La luz herida”.
                        Todos los derechos reservados.
                        Jesús Cánovas Martínez©

miércoles, 20 de mayo de 2015

LO GRÁVIDO Y LO INGRÁVIDO

“¿Qué has querido decir?”, alguien me preguntó. “He querido decir lo que he dicho”, le respondí. No soy gallego, y para mí está muy claro —y muy vigente, tan caldeado el ambiente como lo tenemos— lo que quise decir en este breve artículo, que apareció en el nº 1 de aquella revista ilusionada, “Sol Negro. Revista de principios y fines”, dirigida por Emilio Saura.



LO GRÁVIDO Y LO INGRÁVIDO


C.S. Lewis en su libro "Cartas del Diablo a su Sobrino" nos recuerda la opinión de Chesterton, quien pensaba que el diablo cayó del cielo por un desmedido hinchamiento; tanto se hinchó de sí mismo que comenzó a pesar más de lo debido y tal exceso lo llevó a rodar por la ladera del cielo indefectiblemente hacia abajo. Esta opinión, indudable­mente, es una ironía, pues San Agustín nos dice que el peso es la fuerza del Amor con la que Dios tiene unidas todas las cosas, y Jean‑G. Bardet en “Les Clefs de la Recherche Fondamentale” confirma que la medida del Amor de Dios no es sino la gravedad, condición indispensable para que exista el universo. Newton, cuenta la leyenda, despertado de su siesta por una manzana inoportuna —fruto que nos trae tantas resonancias—, tras sesuda y minuciosa investigación concluyó que la gra­vedad es una ley universal que puede expresarse bajo la fórmula: Fgrv. = G · m1 m2 / R2 . Tal fórmula, lógicamente, nos deja igual que al principio. Yo he conocido —y conozco— a algunos que se llaman a sí mismos naguales, y refieren que hay que lu­char denodadamente contra la importancia personal y los ape­gos. El concepto de norma cívica queda muy relativizado, casi que huelga en sus planteamientos. Algunos van más lejos y hablan de “matar el ego”. Yo estoy hecho un lío. La humildad cristiana nos propone rebajarnos hasta el suelo —“El que se humilla será ensalzado” (Lc. 14, 11)—, y la misma palabra humildad proviene de “humus”, suelo, siendo el suelo lo que siempre tocamos con las plantas de los pies; así, en arre­batos de piedad y para facilitar las cosas, hay quienes la humillación se la toman por su mano. Al leer estas líneas, seguro que algún picarón guiñará el ojo, porque tocando el suelo, también queremos tocar el techo, digo, el cielo. Queremos volar, queremos volar todos, y ahí está Richard Bach con su “Juan Salvador Gaviota” para recordárnoslo; no debe de inquietarnos que pertenezca a la “Christian Science”. Volviendo a otro Juan, Don Juan Matus, yo me pregunto hacia qué capa de la cebolla habrá volado. Los ángeles no pesan ni duermen, ligeros como sus plumas vienen y van con la rapidez del rayo y del pensamiento y, ya sabemos, los pensamientos vuelan como pájaros. Una copiosa comida inclina al sopor y a los consiguien­tes kilos de más que pueden desencadenar futuros problemas de salud. Algunos, para evitar tan no querido desenlace, se vuelven vegetarianos y comen poco; otros, sólo lo hacen —o, mejor, no lo hacen— ­por respeto, dicen, a la vida. Los listos concluyen que se puede comer de todo con moderación, porque no se trata ni de engordar ni de morir de inanición, como la acémila de aquel zafio aldeano que finalmente aprendió a no comer. ¡Ah, el sabor! Deberíamos de tener una conversación seria con el que inventó lo del peso óptimo, la masa corporal y todas esas refanfinflas. Y no olvidar tampoco lo que nos hace sufrir una ofensa, ni echar en saco roto aquello de que quien más alto sube, más deprisa baja. Más dura será la caída. ¿Dónde, pues el santo hacer? Meditemos: hay que calcular bien el precio de la torre antes de comenzar a edificarla. Pero, ¿de qué torre se trata?... ¿La del tarot?... ¿La de Babel?... La paradoja está servida cuando asistimos a celebraciones donde abundan los elementos de la tercera edad; palpamos ahí más espíritu. Debe de ser porque tienen más kilómetros, y más horas, quién sabe si más peso. Para terminar estas disgresiones de poco vuelo —o, quizá, de levedad sin peso—, voy a transvolar unos versos del poeta Joan Maragall:

“pensa en la vida que tens entorn:
aixa el front,
sonriu als set colors que hi ha en els núvols.”


                                       Todos los derechos reservados.

                                       Jesús Cánovas Martínez©

lunes, 11 de mayo de 2015

CUANDO LA TIERRA TIEMBLA

Hace ya cinco años un terrible terremoto asoló Lorca, la ciudad del Sol, en la que viví durante mi primera infancia y a la que tantos gratos recuerdos y lazos afectivos me unen.
Me pidieron colaborar, junto con otros poetas, en un libro colectivo con el objetivo de recaudar fondos para su reconstrucción. Muy gustoso acepté con el siguiente poema.






CUANDO LA TIERRA TIEMBLA


                    Para Lorca, en el eclipse del sol.



Cuando la tierra tiembla
y los pájaros callan,
una tristeza sorda
se instala en la tarde.

La luz se desmorona
y el aire se comprime
con sonoro silencio
de llanto contenido.

Embriaguez de roturas
y columnas del mundo,
en la tarde aquietada
emergen del dolor.

En el cantil del aire
oscilan las palabras
terribles, los susurros
ahogados, sin voz.

Demorado un eco
entre acantilados
destiñen las campanas
sobre el cielo monótono.

La cicatriz, la herida,
de una sangre alejada,
como la luz sin forma
que habita la negrura.

Pero vendrán las manos,
vendrán, vendrán las manos,
juntas, unas con otras,
en vendimia de amor.

Heraldos de palomas,
manos junto a las manos,
brazos junto a los brazos,
en vendimia de amor.

Porque es la luz que llega
a construir de nuevo
entre un clamor de voces,
vendrán, vendrán las manos.

Porque la luz, la luz
—núbil, rotunda, clara—,
no puede ser vencida
ni eclipsado el sol.


                    Todos los derechos reservados
                    Jesús Cánovas Martínez©






domingo, 3 de mayo de 2015

37.307 MILLONES DE GRACIAS

37.307 MILLONES DE GRACIAS


37.307 millones de gracias, queridos amigos, porque el Arco del Triunfo cumple hoy sus dos años de andadura. ¡Acerquemos, pues, las copas para el brindis!
Hace justamente un año os daba las gracias a todos los que en algún momento habíais tenido a bien deteneros en el blog, y lo expresaba de esta forma: «Gracias, gracias, gracias, gracias y 12.856 gracias, 12.856 millones de gracias, muchas, muchísimas gracias. Gracias a todos, amigos, los que habéis tenido a bien visitar este blog; los que lo habéis seguido desde un principio o los que os habéis ido incorporando a lo largo de su andadura; los que en silencio habéis entrado por sus vericuetos o los que habéis compartido o dejado alguna huella de vuestra lectura (un «me gusta», una «recomendación», un «+»), algún comentario: sin esos estímulos hubiera sido imposible seguir adelante».
¡Qué de nuevo podría añadir sino reiterar mi agradecimiento, y con gran ilusión y entusiasmo agradeceros 37.307 millones de veces la amabilidad y confianza que habéis puesto en el blog! Una de las razones más fuertes por las que escribo es para comunicarme con vosotros y esta razón ha quedado sobradamente cumplida.
Hasta la fecha, con éste, son 105 post publicados (casi el doble de los del año pasado) y 37.307 visitas (casi el triple de las del pasado año)... ¡No constituye esto un motivo para el brindis y la alegría! Pues sí. Si el blog, a vuestro criterio, ha logrado mantener cierta calidad, se multiplican por 37.307 los motivos para estar alegres. 





Evolución de las entradas del blog en estos dos años, ya casi rozando las 3.000 al mes.


Entradas por países


Las más visitadas

Sigue imbatible la Carta abierta a Miguel Cagarrutio. El pasado año registraba 647 vistas, en éste nuevo registra 1.106, no está mal; le sigue de cerca Reflexión sobre la tolerancia (entrada de este nuevo año), con 1048, y El Putón Peripatético (también de este nuevo año) con 883. Estoy contento, máxime cuando en el ínterin Los motivos para brindar se han multiplicado debido a la concesión del XIX Premio de Poesía “Aurelio Guirao” a mi poemario OTRA VEZ LA LUZ, PALOMAS.
Me sigo haciendo eco de las palabras que publicaba hace justamente un año: Un ser humano si no entra en relación con los otros, es una pura abstracción; un ser humano, por tanto, es también los otros. En consecuencia, para daros las gracias, tendría que mencionaros uno a uno, con nombres y apellidos, y ganas me dan de hacerlo; sin embargo, eso supondría un peligro: que me olvidara de citar a alguno. No es mi intención, aun disculpable (pienso), incurrir en desconsideración; por tanto, repito: ¡Gracias a todos!

viernes, 1 de mayo de 2015

REPORTAJE FOTOGRÁFICO DE LA ENTREGA DEL XIX PREMIO DE POESÍA AURELIO GUIRAO

REPORTAJE FOTOGRÁFICO DE LA ENTREGA DEL XIX PREMIO DE POESÍA AURELIO GUIRAO



El servidor junto a la portada de OTRA VEZ LA LUZ, PALOMAS


El servidor entre José Carrasco (Director del I.E.S. Diego Tortosa, quien veló y puso todo su esmero para que el acto no desmereciera) y Ángel Almela (Coordinador del Grupo Literario de la Sierpe y el Laúd)
Rodeado de poetas. De izquierda a derecha: Pedro Diego Gil López, Rafael Torres (pintor), Rosa Campos, el servidor, Ángel Almela, Isabel Mascuñán, Aurora Montoya, José Carraco y Conrado Navalón.


Recibiendo la placa: A la derecha, junto al cartel del premio, Carmen Vázquez (Jefa del Departamento de Lengua y Literatura del I.E.S. Diego Tortosa y presidenta del jurado del Premio).


Una alumna del I.E.S. Diego Tortosa, leyendo un poema de OTRA VEZ LA LUZ, PALOMAS
En el atril
Otra en el atril

Un momento de la firma de libros
Al día siguiente, 25 de abril: En la caseta de la feria del libro junto a Rubén Castillo.
Con Rubén Castillo y una señora que pasaba por allí, Mª José Martínez Tortosa.
Otro momento, con la misma señora.


En la mesa, junto a Yayo Delgado, a la caza de lectores. Alberto Guerrero (de pie), el encargado de la caseta, en todo momento nos amenizó la velada.

De izquierda a derecha: Santiago Delgado, Aurora Gil Bohórquez, Yayo Delgado y el servidor.
Aunque parezca mentira, el servidor logró firmar un libro. Aquí consta el testimonio gráfico.

Con Pascual García.
Dos señoras, incondicionales, Magadalena Cánovas y Mª José Martínez Tortosa, un paredón tras ellas.

Primeras opiniones sobre el evento:
La de Conrado Navalón:
http://conradocieza.blogspot.com.es/2015/04/la-poesia-sigue-viva.html

La de Leandro Cayuela:
http://www.ciezaenlared.com/index.php/cultura/4-cultura/el-poeta-jesus-canovas-ganador-del-con-el-xix-premio-nacional-de-poesia-aurelio-guirao

Noticia en la web, del Ayuntamiento de Cieza:
http://www.cieza.es/portal/p_129_final_Contenedor9.jsp?seccion=s_fnot_d4_v1.jsp&contenido=25529&tipo=8&nivel=1400&layout=p_129_final_Contenedor9.jsp#.VUNi-yG8PGc&gsc.tab=0

Una interesante reseña de Pedro Gil López:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=423416957833209&set=a.131543647020543.26736.100004947252791&type=1&theater